Participar es indispensable para una democracia exitosa

Segundo Trimestre
Boletin de Divulgación
Escrito por: Lic. Josè A. Saavedra Gil
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Mucho se escucha el término “Participación ciudadana” en los spots televisivos de las instituciones involucradas en la política de nuestro país; sabemos también que se menciona en los debates de radio o en las discusiones de los analistas y politólogos. La popularidad del término pudiera considerarse innegable, pero ¿conocemos todos el tema? ¿Qué sea un tema del que se hable lo vuelve realmente un tema conocido?

Al igual que sucede con el resto de las ideas que nacen en una sociedad ciertamente cambiante y en constante dinamismo como la nuestra, es necesario nombrarles a las cosas para que así, puedan desarrollarse análisis alrededor de ellas. Para Azucena Serano Rodríguez la participación ciudadana es:

“Aquella donde la sociedad posee una injerencia directa con el Estado; asimismo, tiene una visión más amplia de lo público. Esta participación está muy relacionada con el involucramiento de los ciudadanos en la administración pública. Los mecanismos de democracia directa (iniciativa de ley, referéndum, plebiscito y consultas ciudadanas), la revocación de mandato (recall) y la cooperación de los ciudadanos en la prestación de servicios o en la elaboración de políticas públicas, son formas de participación ciudadana.”

Tal como la autora o menciona, existen distintas formas en que las personas podemos involucrarnos para ser activos en nuestra comunidad y la política que en ella se desarrolla. No se trata sólo de exponer ideas sino de plantearlas y llevarlas a su ejecución; ser participativos va más allá de expresar una opinión en alguna red social, aunque ésta, también es una forma de ligarse a lo que acontece en nuestra comunidad. Estos mecanismos de los que se puede hacer mención en nuestro país incluyen el plebiscito, el referéndum, la consulta ciudadana, así como la iniciativa popular.

1. Plebiscito: a través de este proceso se realiza una consulta a los ciudadanos sobre las decisiones que toma el titular del Ejecutivo en cualquier nivel de poder, y cuando ésta es trascendental para la vida de la comunidad.

2. Referéndum: con el uso de este mecanismo, los ciudadanos expresan su inconformidad o bien, su aprobación, a las modificaciones o derogaciones a las leyes, disposiciones o reglamentos a los que son sujetos.

3. Consulta ciudadana: con ella se pretende recabar la opinión de la ciudadanía sobre planes, programas y políticas de gobierno, invitándoles a incorporar sus opiniones respecto de ellos. (Este es un mecanismo que ha adquirido singular relevancia en el actual sexenio federal)

4. Iniciativa popular: haciendo uso de esta modalidad, los ciudadanos pueden presentar al Congreso correspondiente o a sus ayuntamientos, iniciativas de ley, cambios o derogaciones en los reglamentos, políticas y acuerdos que los rigen. La autoridad competente será la encargada de promover la iniciativa presentada e iniciar los trámites correspondientes para que se lleve a las salas adecuadas.

No obstante, aunque la ciudadanía no está inmersa en su totalidad en un sistema participativo, no es completamente culpa de ellos. Las condiciones para que estas actividades existieran se tuvieron que trabajar y forjar a lo largo del tiempo. Es un tema fresco y relativamente nuevo, siendo apenas 20 años desde que se logró un movimiento real con la creación de Institutos que favorecieran estas dinámicas entre el gobierno y la sociedad.

Es necesario aclarar que para que el un entorno en el que su sociedad se ocupe y se preocupe de los temas que a todos importan es imperativo que exista el ambiente adecuado. Condiciones que, de no respetarse, violentarían completamente el fundamento de estos movimientos e incluso de la vida en democracia. Debe haber en la sociedad:

1. Respeto de las garantías individuales: no será posible movilizar a la sociedad del abstencionismo político hacia el punto en que se involucren si temen por su integridad física y/o moral. Se deben proteger a toda costa los derechos de los ciudadanos y ciudadanas.

2. Canales institucionales y marcos jurídicos: no sólo deben existir autoridades dispuestas a brindar un espacio a la comunidad para que ésta presente sus propuestas, deben existir también los medios y las instituciones para que estas se desarrollen y puedan, en su debido momento, ser ejecutadas y/o aplicadas.

3. Información: cuando se tiene información y se conocen los detalles del rumbo que se está tomando en una sociedad, los individuos que la conforman pueden y deben analizarla para cuestionar, indagar y en su caso descalificar todo aquello que no sea en beneficio del bien común. Una comunidad informada tomará siempre mejores decisiones respecto de los caminos que deben seguirse.

4. Confianza en las instituciones: es simple; una sociedad que no confía en las instituciones que la representan no hará uso de ellas. El desentendimiento es un mal que aqueja a los países en que, sus miembros, sienten plena desconfianza de quienes los dirigen.

Todo esto no tiene mayor objetivo que darle más valor y mayor alcance a la democracia en nuestro país. Un país en el que sus ciudadanos alcen la voz, expresen, propongan, presenten y ejecuten, difícilmente será sometido a regímenes injustos. Es imperativo que para lograr una democracia real se haga hincapié en la relevancia que tomamos todos para definir los rumbos que queremos para nuestro futuro. Si todos hablamos no sólo estamos fomentando la participación, estamos desde su base, describiendo lo que es una democracia.

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