La juventud, hoy en día, representa el gran baluarte de la sociedad sobre todo cuando establece las nuevas formas de comunicación y organización, además nos proporciona indicios de las formas de hacer propaganda.
Estas condiciones se amplían cuando observamos la facilidad de escalar un conflicto local y se convierte en un conflicto social, o bien alcanza a sectores que no tienen relación alguna con las demandas originales.
Las constantes de la juventud son, la rebeldía, la inconformidad, la búsqueda constante de identidades y de manera destacada la necesidad de comunicación, para lo cual ha utilizado las redes sociales, así como los medios cibernéticos. Por sus propias características, la sociedad moderna se mueve a ritmos cada vez más acelerados, las modificaciones a las formas de integración e identidades se diversifican, ocasionando que se generen comunidades en las cuales los jóvenes se convierten en los principales promotores.
La diversificación de estas comunidades van desde el aspecto meramente casual, incluso coyuntural y temporal, hasta el nivel de establecer compromisos ideológicos, y por tanto a expresiones políticas, las cuales se abren a toda la gama de la geometría ideológica. La oportunidad que se presenta a la sociedad es establecer novedades en la práctica política, que van desde sólo la mera observación, sin emitir opinión, hasta las acciones radicales lo que ha generado una serie de reacciones en la sociedad. Estas reacciones nos llevan a considerar la criminalización de la protesta, en particular aquella por la que han optado algunos grupos de jóvenes vinculados a organizaciones de corte anarquista, o también se ha criminalizado a los jóvenes por considerarlos peligrosos solamente por su apariencia.
Para explicar lo anterior debemos partir de una serie de consideraciones, la primera consiste en la creencia de que las nuevas generaciones no tienen ideología, debido en gran medida a que se siguen pensando el mundo en polaridades, es decir capitalistas y socialistas. Desde la caída del “Muro de Berlín”, se considera que con ello se canceló el proyecto socialista.
“Las generaciones que no vivieron este proceso se encuentran lejanas a esta discusión, sin embargo presencian una serie de discriminaciones y segregaciones por su preferencia sexual, o bien por su vestimenta, ocasionando la necesidad de encontrar formas de participación en las cuales su apariencia se convierte en su principal forma de protesta y reclamo, a través de perforaciones, tatuajes, incluyendo la modificación de su apariencia como son las expansiones en labios y orejas.”
Considerando que la forma de comunicación que prefieren son las redes sociales, les permite en poco tiempo establecer relaciones, comunicaciones, incluso organización sin tener que establecer relaciones cara a cara, lo que les facilita llegar a acuerdos. Sin embargo, estas formas no necesariamente llegan a acuerdos en las formas de protesta, o en las formas de negociación, lo que provoca que existan diversas manifestaciones políticas en la misma movilización.
Lo anterior también lleva a una serie de confusiones en donde los movimientos se convierten en meras movilizaciones, por lo efímero de su organización y la debilidad de las demandas, así como la falta de coordinación, para ello se requiere de una formación política sólida. Es importante señalar que las particularidades de la informática y la naturaleza de la juventud, esta no se presta a una manipulación o engaño fácilmente, son por el contrario mantienen información actualizada y están en la búsqueda de expresiones propias, aunque es evidente que la sociedad no esta preparada para incorporar sus demandas, que las condiciones de vida los obliga a vivir en la misma velocidad con la que se comunican, ocasionando una serie de transformaciones, haciendo que las generaciones se reduzcan a cinco años.
Las condiciones de esa velocidad incluyen transformaciones en la estética, así como en la modificación de los valores, la inclusión también se convierte en un tema de discusión pendiente, ya que existen confrontaciones entre las concepciones de la política, la sexualidad, incluso la apariencia. Lo que presenta también problemas de identidad.
Ahora bien, la participación de los jóvenes se torna compleja, ya que la búsqueda de identidades ha generado diversidad de expresiones, en donde los jóvenes han creado y generado grupos y subgrupos, de tal manera que no se pueden centrar en un sector por edad sexo, actividad, escolaridad o incluso posición social, ya que estos parámetros han sido rebasados por la propia realidad.
Debido en gran medida por la comunicación existente entre las comunidades y gracias a la tecnología incluso las barreras geográficas han sido rebasadas, ahora debemos buscar las identidades entre la población con la cual coincidamos en opiniones, preferencias culturales, sexuales, académicas, etc.
Esta complejidad se incrementa cuando elegimos la opción política, ya que algunos han optado por el descarte de las propuestas tradicionales de los partidos, o de las ideologías, y promueven la alternativa sobre las formas de organización, participación, incluso las formas de expresión que estas deban tener lo cual obliga a la necesidad de establecer claridades sobre estas cuestiones. La dinámica de la información que los propios jóvenes han creado les permite crear códigos, con los cuales se convocan y establecen de esta manera formas de exclusión a los que no comparten las formas de pensar o bien las características de esa comunidad.
Podríamos afirmar que la falta de continuidad es la que convierte al movimiento en movilización, y esto tiene su origen en la necesidad de establecer organizaciones en donde los jóvenes jueguen un papel importante en los planteamientos, así como la formación partidaria vinculándolos a luchas de largo plazo, como son las luchas indígenas, campesinas, obreras y de las colonias en las cuales se requiere de un compromiso importante.
De la misma manera es importante una formación informada en teoría, derecho y sobre todo establecer la formación histórica, ya que en ocasiones no se les da claridad sobre los acontecimientos, ni tampoco la importancia de los personajes, los cuales dan orientación a las conquistas sociales, en fin, es necesaria la preparación y formación de todos y cada uno de los miembros de la sociedad que decidan o se ven en la necesidad de organizarse.
Las condiciones están dadas, y recordemos que el sector más dinámico y con la capacidad de transformación es la juventud, ya que se encuentra en la frontera de la tradición y la novedad, la cual se convierte en una de sus principales herramientas, así como la facilidad de comunicación con las nuevas tecnologías, la amplitud de estas y los alcances que se puedan generar, aprovechando la multiplicidad de expresiones y practicas sociales es posible establecer un estrategia de cambio.