La comunicación intercultural para una democracia efectiva

Primer Trimestre
Boletin de Divulgación
Escrito por: Lic. Carolina Murillo Quintero
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Una de las palabras que más peso y mención tiene en la política actual sin duda es “democracia”. Parecería extraño para muchos escuchar un discurso, una nota en televisión referente a política, un debate en periodo de campaña o si quiera un blog de entradas sobre crítica social en la que no la encontremos al menos una vez. En el sitio de Google, por ejemplo, más de 100,000,000 de resultados aparecen al respecto en su motor de búsqueda. Es innegable que la palabra juega un rol muy importante en nuestro comunicar, pero ¿qué es la democracia?

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, en su Carta nos define el término como “el gobierno de los pueblos”, es decir, un gobierno en el que la voluntad del pueblo se hace expresa mediante mecanismos diseñados para la escucha de su población y a través de los cuales se decide quienes serán sus representantes en el gobierno, así como las legislaciones que estarán rigiendo la vida en sociedad de esa misma comunidad. A través de esta modalidad de gobierno se busca dar solución a la necesidad de representatividad, comunicación y escucha de aquellos que representen la mayoría y que, mediante votaciones, han asegurado a una persona que en el despliegue de sus funciones sea la portavoz de esas, sus necesidades.

La democracia como forma de ser gobernados es reconocida como un medio eficaz para buscar garantizar más eficientemente los derechos de los individuos de una sociedad, además de que a través de la correcta estructura y ejecución de las leyes en una sociedad se fomenta y asegura la equidad entre las personas que componen dicha comunidad. No obstante, para algunos países la democracia es un “idílico” pues las condiciones culturales, sociales y/o demográficas del pueblo impiden su correcto desarrollo y aplicación, facilitando que los mismos grupos sean siempre los encargados de la toma de decisiones en los temas que resultan de mayor importancia.

Una vez entendido lo que es la democracia, surge una segunda pregunta en el tema; ¿tiene la democracia elementos que fomenten la correcta participación en esta forma de gobierno? En efecto, existen actitudes sociales, mecanismos de operación en la forma en que gobernamos y somos gobernados e incluso componentes de comunicación y cultura que truncan o, como debería realmente suceder, permiten a la democracia desarrollarse y fluir armónicamente.

Pueblos mayormente informados, educados, saludables, etc. Tendrán tendencia a elegir la democracia como una forma de representatividad en el gobierno; es aquí y a partir de ello que podemos abordar claramente el siguiente punto, ¿Existe una relación directa entre la garantía de acceso a la cultura y la democracia como forma de gobierno? La inmediatez diría que no hay forma en que se comparen ambos términos y sus relaciones puesto que son cosas completamente distintas; sin embargo, podemos decir que una si se liga innegablemente a la otra. Dice Jacqueline Peschard en su libro La Cultura Política Democrática que “la cultura es el conjunto de símbolos, normas, creencias, ideales, costumbres, mitos y rituales que se transmiten de generación en generación, otorgando identidad a los miembros de una comunidad”.

Si damos seguimiento a esta definición entenderemos entonces que la cultura se transmite de generación en generación; los ideales son parte de nuestra cultura y estos a su vez forman nuestros conceptos alrededor de lo que es la política. Tal vez podemos cuestionarnos si votamos de forma consciente o por mera tradición, por ejemplo. Las ideas que formamos alrededor de las estructuras que ponen en marcha el sistema político de nuestra comunidad son indudablemente parte de la cultura de esa, nuestra sociedad.

Garantizar el acceso a la cultura en lo que refiere a las artes, los deportes, y la educación traen indudables beneficios a la operación de nuestras comunidades. El porqué es simple de ver, pueblos con mejor acceso podrán tener también la capacidad de tomar mejores decisiones. La cultura como una necesidad ya satisfecha en los humanos mudará las conversaciones de temas de primera necesidad como lo son el alimento o la vivienda a otros más complejos como las artes, las renovaciones ideológicas (feminismo, aborto, etc, justo como se vive actualmente) hasta modalidades alternativas de vivienda. Incrementar el acceso y garantizar el fomento en la cultura de nuestra población será en ninguna circunstancia un desperdicio en la democratización de la sociedad. Existen razones que obvian esta inversión y a través de las cuales se pueden hacer notar los cambios comunitarios:

-Se crea, reconoce, fomenta y disfruta la diversidad en la cultura de una comunidad.

-La participación de los individuos en los asuntos relacionados a la vida pública crece y se incentiva.

-Se vuelven más eficaces y eficientes los procesos de resolución de problemáticas sociales.

-La comunidad entiende y aprecia los bienes públicos como de todos, por lo que se cuidan y se crea un ambiente de protección a los mismos.

-Se desarrolla un ambiente se sostenibilidad tanto en lo ambiental, como en lo social y cultural.

-Las mejoras en el entendimiento de la cultura traerán consigo también un incremento en la inclusión social y trabajos para que se garantice la equidad entre individuos como el derecho que es.

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